martes, 28 de junio de 2011

¿POR QUE QUICIERON EVANGELIZAR A LOS INDIGENAS?¿Y QUIENES FUERON LOS PRINCIPALES EVANGELIZADORES?


Bueno yo creo que los sacerdotes quisieron evangelizar a los indígenas para llevarlos al cristianismo, porque desde los comienzos de la época de la Conquista, los sacerdotes venían dispuestos a evangelizar a los indígenas y convertirlos al cristianismo, con lo que se cumplía el fin espiritual de la colonización. En un principio, los sacerdotes que se radicaron en Chile fueron capellanes de ejército, que incluso tuvieron que participar en combates más de alguna vez. Hubieron gente indígena que se repusieron para que no siguieran con la evangelización como por ejemplo: Lautaro y Arauco que gracias a ellos la evangelización quedo paralizada por algún tiempo y se detuvo en algún momento. Los Reyes Católicos y sus sucesores estuvieron obligados a promover la evangelización y constituyeron un Patronato Real sobre la Iglesia, por el cual se aseguraba la retribución (remuneración) del clero, la construcción de iglesias, catedrales, conventos y hospitales. La razón principal de la conquista era la implantación de la fe cristiana entre los indígenas. La labor evangelizadora de los frailes fue llevada a cabo con mucho entusiasmo; muchos murieron por el agotamiento y la vida austera que llevaban. En poco más de 40 años habían cambiado la mentalidad de millones de indígenas y yo creo que la evangelización estuvo bien al haberla iniciado para que así todos tengan creencias y crean en su propio dios, quienes convertidos al cristianismo crearon la mayor nación católica de su tiempo. Fue sólo después de esto y justo antes de que sus compañeros empezaran a marchar por encargo del Papa a diversos países, cuando se tomó la resolución de crear una orden, y cuando Ignacio fue encargado de redactar unas Constituciones.
 Yo creo que esto lo hizo lenta y metódicamente, introduciendo primero reglas y costumbres y viendo cómo funcionaban. No las codificó durante los primeros seis años. Luego se dieron tres años para formular leyes, cuya sabiduría hubiera sido probada por la experiencia. En los últimos seis años de la vida del Santo las Constituciones así compuestas fueron finalmente revisadas y puestas en práctica en todas partes. Esta secuencia de acontecimientos explica de una vez cómo la Compañía, aunque dedicada al seguimiento de Cristo, como si no hubiera otra cosa de qué preocuparse en el mundo, está también excelentemente adaptada a las necesidades del momento. Empezó a atenderlas antes de comenzar a legislar, y su legislación fue la codificación de aquellas medidas que habían sido probadas por la experiencia como aptas para preservar su previo principio religioso entre hombres efectivamente dedicados a los requerimientos de la Iglesia en tiempos no diferentes de los nuestros. La Compañía no se fundó con la finalidad confesada de oponerse al Protestantismo. Ni las cartas papales de aprobación, ni las Constituciones de la orden mencionan esto como objeto de la nueva fundación. Cuando Ignacio empezó a dedicarse al servicio de la Iglesia, probablemente ni siquiera había oído los nombres de los reformadores protestantes. Su plan originario fue más bien la conversión de los mahometanos, una idea que, pocas décadas después del triunfo final de los cristianos sobre los moros en España, debe haber atraído con fuerza al caballeroso español. El nombre de “Societas Iesu” había sido llevado por una orden militar aprobada y recomendada por Pío II en 1450, cuya finalidad era luchar contra los turcos y ayudar a extender la fe cristiana. Los primeros jesuitas fueron enviados por Ignacio a tierras paganas o a países católicos; a países protestantes sólo por petición especial del Papa y a Alemania, la cuna de la Reforma, a solicitud urgente del embajador imperial. Desde el mismo principio las labores misioneras de los jesuitas entre los paganos de la India, Japón, China, Canadá, América Central y del Sur fueron tan importantes como su actividad en países cristianos. Como el objeto de la Compañía era la propagación y refuerzo de la fe católica en todas partes, los jesuitas se esforzaron naturalmente en contrarrestar la extensión del Protestantismo. 
Se convirtieron en el principal instrumento de la Contrarreforma; la reconquista de Alemania del sur y del oeste y Austria para la Iglesia, y la conservación de la fe católica en Francia y otros países se debieron principalmente a sus esfuerzos. Compañía de Jesús (Societas Jesu o Societas Iesu, S.J. o S.I.) es una orden de la Iglesia Católica; es una orden religiosa de carácter apostólico y sacerdotal. Está ligada al Papa por un "vínculo especial de amor y servicio"; su finalidad, según la Fórmula del Instituto, documento fundacional de la Orden (1540) es "la salvación y perfección de los prójimos". 
Los principales evangelizadores fueron los jesuitas que eran los misioneros. Pero la verdad es que esta Organización tiene grandes vínculos con sociedades Secretas, como los Iluminatis y Masones, y están detrás de toda esta conspiración del Nuevo Orden Mundial, orquestando todo conjuntamente. Muchos Ex Jesuitas, han desertado de estas Organización, y han contado con muchas pruebas lo que en realidad es toda esta farsa. El Obispo Gerard Bouffard dice que el Jesuita General, Fr. Peter Hans Kolvenbach, da las órdenes de marcha al Papa. Él también respalda las acusaciones hechas por el último Fr. Alberto Rivera acerca de la malvada Orden Jesuita. El Obispo anterior Gerard Bouffard de Guatemala dijo que el Vaticano es “el verdadero controlador espiritual” de los Iluminati y del nuevo orden mundial, mientras los Jesuitas, a través del Papa Negro, el Jesuita General Fr. Peter Hans Kolvenbach, controlan realmente la jerarquía vaticana y la Iglesia Católica Romana. El Obispo Bouffard, que dejo la Iglesia Romana y ha nacido otra vez a una vida cristiana en Canadá, basó su conclusión después de trabajar seis años como sacerdote del Vaticano, asignado a la tarea de pasar correspondencia diaria, sensible entre el Papa y los líderes de la Orden Jesuita, residía en Borgo Santo Spirito 5 cerca de la Plaza de San Pedro.     
“Luego está el testimonio de corroboración proporcionado por Fr. Gerard Bouffard. Él fue un Obispo de alto rango nacido en Quebec, Canadá. Él se elevó desde los niveles más bajos de sus órdenes para hacerse un ayudante durante muchos años de papas tales como Pablo VI y Juan Pablo II. Él se convirtió al protestantismo y afirma que él fue el hombre que recibió la orden de eliminar a Rivera. En un documento titulado “Descubriendo el misterio detrás de los símbolos católicos”, Bouffard muestra una pluma de lujo plateada de oro de 18 quilates que contiene una tinta (invisible) especial que desaparece con la cual las autoridades del Santo Oficio firman documentos de alto secreto. Él afirma “con esta pluma que sostengo, firmé la orden de matar al Doctor Rivera”. Estos ya son unos de los principales evangelizadores que estuvieron entre los indígenas. Y son los que especialmente pudieron cambiar las mentes de los indígenas.